Andy & Lucas: «Viva Basauri, viva Bizkaia, viva Euskadi, viva Andalucía y viva España»

Andy a la izquierda y Lucas a la derecha en el bis (foto: Gabi Musikota).

CAL: –

Viernes 14 de octubre de 2022, Basauri, Plaza Arizgoiti, 22.30 h, entrada libre.

Los cabezas de cartel de las fiestas de San Fausto de Basauri fueron los ex adolescentes gaditanos Andrés Morales y Lucas González (¡ya tienen 40 años cada uno, pues nacieron en el 82!). Con su octavo disco, ‘Nueva vida’ (2018), probaron la música latina y el reguetón, y, más importante aún, apostaron por la autoedición discográfica (adiós a quince años al servicio de Sony, hola a su propia marca: A&L) y por la autogestión en la contratación de sus conciertos. Ahora andan de gira celebrando sus veinte años de andadura, que en realidad se cumplen en 2023, y anuncian para noviembre de 2022 un disco de éxitos con colaboraciones.

El dúo lolailo andaluz desbordó de gentío apretado y obediente a sus deseos un gran concierto en fiestas de Basauri perteneciente a la gira de sus veinte años, que se cumplirán en 2023.

*** 

En el vagón del metro, alguien con el móvil en la mano informó a su cuadrilla: «Dice que en la plaza no cabe nadie más». Bah, serían exageraciones de inexpertos, pero nada más salir de la estación y enfilar la plaza del Ayuntamiento de Basauri, desde arriba de la cuesta se veía perfectamente el gentío acumulado. ¡Se había congregado más gente y estaba más apretada que ante Omar Montes en las fiestas de Palencia, donde estuve yo pero no lo vi entero, claro! Las sirenas de los coches de policía titilaban alarmantes y la forma cuadrada del escenario de los gaditanos Andy & Lucas emergía entre la masa humana transversal, así que puede hacerme una composición de lugar y, combinando esfuerzo físico y habilidad mental, llegué rápidamente a un punto donde veía el escenario, aunque no colegía ni al batería ni al teclista, ¡y vaya sorpresa me llevé cuando a toro pasado en fotografías que había una pantalla de fondo en el escenario!

En la plaza de Arizgoiti, la del ayuntamiento de Basauri, coexistían familias gitanas, hermanos sudamericanos, una cuadrilla masculina uniformada de rojo festivo que pasó rozándose conmigo, pandillas de chavalas cada una con su vaso de plástico en la mano, gente muy mayor o niñas pequeñas arrastradas de la mano por sus madres en un lugar tan peligroso y con riesgo de avalanchas (durante la Semana Grande de Bilbao, en Abandoibarra se prohíbe el acceso con mucha menos asistencia). Los más afortunados eran los vecinos en los balcones, que lo veían divinamente y no les molestaba ni les rozaba nadie. Yo apenas podía subir los brazos para tomar notas, y no exagero ni un pelo.

La gente hablaba mucho y parecía que sabía poco. Todos los tíos se cruzaban y se saludaban: hola Andy, qué tal Lucas… Dos calés se contaban entre ellas: «A mí me gusta Lucas, el alto que ha adelgazado mogollón. El otro ha engordado». Hum…, igual es al revés, porque se refutaron entre ellas y yo perdí el hilo. El caso es que en el dúo gaditano el que canta bien es Andy, quien siempre se mantiene en un discreto segundo plano, mientras que Lucas, quien casi no canta un colín, habla al público todo el rato, le hace peticiones diversas y a veces absurdas, cada dos por tres baila en corto elevando los brazos, se mesa el pelo con gusto, y se cree gracioso, pero es lógico porque la masa obediente cumple de inmediato todo lo que le pide: encended las linternas de vuestros móviles pero sólo durante el estribillo (y toda la plaza iluminada por las luces de los celulares), levantad una mano (y los puso a bailar así), levantad los dos brazos y ondeadlos (esto lo solicitó al final), o el momento más surrealista: Andy se puso a cantar ayayayay y Lucas simulaba pases toreros mientras miles de gargantas gritaban oleeeee.

«Aire… ¡Yo me voy!», espetó una dama que salía de la densa masa humana al poco de empezar el concierto de unas 19 canciones en 97 minutos divisibles en tres partes: el inicio con demasiada palabrería y temas estirados a lo bobo, el grueso del concierto con canciones de más empaque, y el bis arrancado con un par de piezas flamencas febles y rematado por la mejor interpretación de la velada, ‘Tanto la quería’, dinámica y cuasi indie, muy mejorada respecto a la versión grabada, una revisión alargada en la que el charlatán Lucas presentó a músicos y técnicos, agradeció a los que les habían contratado, recomendó comprar en su puesto de merchandising (camisetas, discos…), y jaleó de modo encadenado: «viva Basauri, viva Bizkaia, viva ‘Eujkadi’ (sic), viva España, y, sobre todo, viva la madre que os parió». ¡Viva!

Lucas filmándose y con la tercera camiseta, la del biss (foto: Gabi Musikota).

Andrés Morales y Lucas González, que ya tienen 40 años cumplidos cada uno, andan de gira de su vigésimo aniversario juntos, que se cumple en 2023, como precisó Lucas. O sea que empezaron con 21 años, ¡en el instituto!, ¿pero estos dos cuántos cursos repitieron? El caso es que el viernes, en un Gran Bilbao colonizado por el flamenco (el futurista y roquista Cristian de Moret actuó en el Teatro Barakaldo como contamos en el post previo, el autodefinido cantaor de sevillanas Paco Candela en el Teatro Campos, y los flamenquitos A&L en los sanfaustos de Basauri que es lo que estoy contando aquí), Andy & Lucas arrancaron su show con pop algo Bustamante (‘Llévatela’), se aflamencaron con lereles literales en ‘El ritmo de María’, se pusieron amorosos hasta la saliva en la lírica, es decir en la letra (‘Quiero ser tu sueño’), e hicieron mutis por primera vez para cambiarse de camisetas mientras la banda ejecutaba un instrumental convencional de los que abundan en Canal Sur, el canal público autonómico andaluz, la ETB de ahí (yo veo más Canal Sur, por las retransmisiones de las corridas de toros, que la ETB, que solo la veo en casa de mi madre cuando coincide que está viendo la previsión del tiempo).

El caso es que la gente hablaba mucho todo el rato, como si no le interesara la música de los buenos de Andy & Lucas o como si no hubiera nada mejor que hacer. Molestaban los fumadores y las fumadoras, que en general fueron pocos, menos mal, e incordiaban las mochileras que grababan con el móvil en 360 grados. Por cierto, dos señoras añosas delante de mí (fui solo, no pregunté a nadie si se apuntaba) no pararon de filmar canción tras canción con las imágenes desenfocadas, en zoom y con brillos quemados. Al acabar el bolo dijo una de las dos: «Ha estado genial». Je, je…

La otra señora filmadora guerreó con muchachas que trataban de atravesar el muro humano y evitaré reproducir sus frases (venga, va, a un par de ellas les espetó: «putas meonas»). Y es que con tanto roce se producían bastantes conatos de mal rollo. O sea que el gentío coexistía pero mal avenido. Y en estas se prendió una bengala roja y algunos desplegaron una pancarta blanca, y muchos de los que se dieron cuenta de ello silbaron desaprobándolo. No me pregunten qué ponía en la pancarta pues estaba detrás de la misma, aunque imagino que sería de los de siempre (¿qué dirían?, ¿Andy eta Lucas kanpora?; PD: a tenor del comentario que ha dejado nuestro lector Aitor, parece que no decían eso exactamente). Ah, había tanta gente que muchísima siguió el evento desde detrás del tinglado, sin ver el escenario, sin ver a Andy & Lucas, o oyendo mal, peor que delante.

Los gaditanos regresaron al escenario con otra vestimenta y desde unos taburetes cantaron a los abuelos en plan híbrido entre Orozco y Manu Carrasco. Luego se posicionaron contra los malos tratos a las mujeres en ‘Y en tu ventana’ («es pa’matarlos», sostuvo supongo que Lucas al presentarla). La siguiente, ‘Pido la palabra’, se la dedicaron a Marta del Castillo y protestaron por «los asesinos que están en la calle» (en esta canción fue cuando pidieron encender las linternas de los móviles y de ‘espectacular’ lo calificó Lucas, un entusiasta). Y en ‘Te lo juro por Dios’ subieron al escenario a una chica, a Silvia, para cantar con ellos, y Lucas bailó con ella y se arrodilló ante ella y al acabar le regaló varias cosas, entre ellas una camiseta que anunció se vendía en el merchandising, en el tenderete que llevaba Rocío (yo hubiera ido a echar un vistazo, pero era imposible llegar no moverme medio metro).

Desde aquí, de lado, seguí el show; la pantalla está dentro pero parece fuera (imagen de móvil: OCE).

La pantalla sirvió de recurso bastante pobre o esquemático, sin ofrecer imágenes en vivo y en grande (había una dentro del tablado, a modo de fondo, ¡pero yo la veía a través del teloncillo lateral traslúcido y pensé que estaba fuera!). Y en el ecuador del concierto, a ojo en la décima canción, ‘Celos’, un rock tipo Los Pecos, se vivió un punto de inflexión, ellos fueron más al grano, enlazaron las canciones con más velocidad y metieron menos paja y cháchara. En plan Los Chichos llegó ‘Dime que me quieres’, muy boogaloo fue ‘Carita morena’ («la cara de esa gitana»), funk a lo La Niña Pastori pareció ‘Mírame a la cara’, y la gente filmó y coreó su primer éxito, ‘Son de amor’, el final en falso antes del bis.

Y Lucas, que vergüenza no tiene ninguna, pidió que gritáramos ‘otra, otra’ para que salieran de nuevo. Y se hicieron de rogar para el largo bis, comenzado con dos flojos números flamencos en acústico con la banda sentada delante del tablado y Lucas dejando ver que si cantar pop lolailo le resulta difícil, lo más tradicional es casi imposible para él. Y prosiguieron en eléctrico con el single ‘Me estoy volviendo loco’ (que formará parte de su nuevo grandes éxitos con invitados, previsto para noviembre, antes de las compras de Navidad), una roquerizada ‘De qué me vale’ (la de «y mientras yo sufro por ella…»), y el cierre con la mejor del repertorio, la citada ‘Tanto la quería’, también coreada a pleno pulmón por toda la plaza, aunque como siempre se oían más las voces femeninas, la canción que incluyó la cadena vivas de Lucas, quien para el bis había reaparecido con la tercera camiseta de la velada, la que vendían en el merchandising, la oficial de esta gira.

El concierto fue, escrito es con sumo respeto, una pachanguita muy popera y comercial, con temática melosa, amorosa y deseosa. Quizás las expresiones que más usaron en sus letras fueron ‘ella’ y ‘quiero que…’. Y lo peor, por pesado, fueron las maniobras de dilatación de Lucas y su persecución constante de la interacción con el público, en plan los payasos de la tele (buf, ese momento en que regaló otra camiseta al público). Aunque, vaya, al menos no hubo pregrabados descarados, que a tenor de cómo está el panorama del pop comercial, ya es un mérito grande. 

ÓSCAR CUBILLO

Vídeo resumen subido a su Facebook por Andy & Lucas.

Saludos finales; noten que Lucas tiene un cojín para arrodillarse, todo un pro (foto: Gabi Musikota).
Comments
4 Responses to “Andy & Lucas: «Viva Basauri, viva Bizkaia, viva Euskadi, viva Andalucía y viva España»”
  1. Aitor dice:

    Respecto a la pancarta que comentas, yo no estuve en el concierto de Andy& Lucas, pero si estuve en el del dia siguiente de Desakato. Tambien se desplego una pancarta y se encendio bengalas, asi que supongo que eran los mismos. Concretamente ponia «Emakumeak Eszenatokira». Supongo por el hecho de que no hubiera ninguna mujer contratada para los conciertos del programa oficial.

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  2. […] menos gente y estuvo menos apretada que cuando ahí actuaron Andy & Lucas en octubre de 2022 (así lo contamos). El recinto se veía petadísimo: había vallas de seguridad para prevenir avalanchas y para […]



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