Rafael Berrio: Elegías (+ entrevista)
El donostiarra Rafa Berrio con el bajista donostiarra Lucho Neira en la FNAC bilbaína (foto: Torkel).
Sábado, 16 de marzo 2013, Bilbao, FNAC, 19 h, entrada libre.
Icono de la movida donostiarra devenido cantautor culto y afrancesado, Rafael Berrio (San Sebastián, 1963), ex UHF en los 80, Amor A Traición en los 90 y Deriva en los 2000, presentó en la FNAC su segundo álbum a su nombre, ‘Diarios’ (Warner, 13), majestuosa ópera bufa orquestada y arreglada por Joserra Senperena.
Berrio ofició en dúo, con el bajista donostiarra Lucho Neira (el de Ruper Ordorika) sentado y él en pie tras el atril y colgando una guitarra eléctrica. Sonaron 8 temas en 49 minutos, y al principio Berrio, fan del vino, nos miraba chulito, con el escepticismo descreído del punk 77. Ante una audiencia masculina, veterana e imantada, Rafael sonó trágico (‘En las lindes del fin’), herido por el devenir cual personaje etéreo del cineasta Anton Corbijn (‘La alegría de vivir’), cantando vals cual epígono de Leonard Cohen (‘Mi reputación’, el pico de la cita) y obrando per se cual santo bebedor (‘Saturno’) y amigo de sus amigos (‘Santos mártires yonquis’; «habla desapasionadamente sobre los amigos», presentó Berrio este tema que resonó a Lou Reed y se premió con bravos).
Habían pasado 29 minutos, el cantautor dijo que se acabó e hizo mutis. Pero ante la insistencia del respetable regaló un bis triple de casi 20 minutos abierto con «una concesión» de su anterior disco, ‘1971’, el tema más conocido, según informó, y que fue ‘Simulacro’, que sonó sombrío. Prosiguió con ‘Amanece’ (rematado con la pregunta: «¿para qué?») y se despidió con una elegía sobre la supervivencia cotidiana, ‘Como Cortés (quemando sus naves)’, la segunda pieza de las ocho de esa tarde perteneciente a ‘1971’, álbum aun más genial, aunque Berrio asegure que el nuevo, ‘Diarios’, es mejor, por la orquestación, etc. No discutiremos sobre esto. Sería bizantino.
OSCAR CUBILLO
El público eminentemente masculino, veterano y atento del artista de culto Berrio (foto: La Reina).
+++ ENTREVISTA: «Me encanta toda la literatura española, la del 98, la de los poetas del 27…»
Un personaje de la escena donostiarra es Rafael Berrio (1963), pionero del Donosti Sound en los 80 con UHF («un pecado de juventud, un grupo sin importancia», dice hoy), exlíder de los maravillosos y sugestivos Amor A Traición (un par de álbumes con vitola multinacional en los 90; su canción ‘La misma mujer distinta’ me suele emocionar… con distintas mujeres y siempre en el francés Mediodía), los considerables Deriva (dos álbumes: uno de autodefinido ‘punk sicológico en clave de rock tecnológico’ y seis años después otro más pop) y ahora funcionando bajo su nombre en solitario, cual cantautor romántico urbano y bohemio. Rafa es personaje maldito aunque con proyección en toda España, y ha lanzado su álbum de reválida, titulado ‘Diarios’, autoeditado y distribuido por Warner.
El artista posando para su anterior álbum, el genial ‘1971’ (foto: Nerea Lizarralde).
Centrándose en sus influencias literarias, apunta Berrio. «Cualquiera que escuche mis discos ya se da cuenta de qué pie cojeo. Me gusta mucho Fernando Pessoa, de mis poetas favoritos, Jaime Gil de Biedma cómo no, y soy un lector convulsivo de Benito Pérez Galdós, Pío Baroja… Me encanta toda la literatura española, la del 98, la de los poetas del 27, el Siglo de Oro… Soy un lector obsesivo y una de las canciones del nuevo disco, ‘Insomne’, habla de mi mesilla de noche, mi mesilla de luz, de ese rimero de libros enormes que se acumulan ahí».
En el álbum ‘Diarios’ Rafael parece francófilo, pues habla de Los Campos Elíseos, de lo versallesco… El donostiarra mantiene relación con Francia. «Ya he contado que mi familia materna emigró a París en los años 60 y tengo a mis primos y mis tías ahí. De niño íbamos siempre a París y en mi casa se ha escuchado a Brel, Aznavour, Léo Ferré… Chapurreo el francés y al menos puedo leerlo. Y sí se puede decir que soy francófilo, pues pienso que se rinde demasiada pleitesía a lo anglosajón. No hay nada italiano, ni francés… Estamos imbuidos por lo inglés y yo. Intento hacer canciones con esos acordes, de esa tradición de Aznavour, de los cantantes italianos o incluso de españoles de los 70, que me gustan mucho, como Cecilia, el primer Julio Iglesias o si me apuras Mari Trini, esa onda existencialista de ciertos cantantes».
Tal influjo lo percibe en su novedad. «‘Diarios’ es como un díptico, la segunda parte del anterior disco, ‘1971’. Lo he compuesto en un tiempo record, en año y medio, cuando normalmente me tomaba cinco. Es la misma mecánica para otra colaboración con Joserra Senperena, el autor indispensable de los arreglos orquestales, un músico excelente capaz de comprender el lenguaje del rock y de la formación clásica. Ha hecho arreglos para mí, para la Buena Vida, música de cine… Y ahonda sobre el contenido: «Yo lo calificaría de nihilismo trufado de ironía. O lo llamaría una comedia bufa muy solemne. O al revés, un disco solemne al borde de la carcajada. Son canciones que no tienen ni un gramo de rock ni de blues, en una onda más de canción popular italiana, española y francesa».
Además, Rafel Berrio se anda presentando en tiempos reciente bajo el nombre de Mursego & Berrio con el show nominado ‘Phantasma’. Lo describía así: «Me apetecía un espectáculo de artes escénicas, de spoken word o palabra hablada. Me di cuenta de que declamar una letra es tan poderoso o más que cantarla. Hablé con Maite Arroitagauregi, Mursego, le propuse escribir algo inédito que uniera arte sonoro, palabra hablada, poesía y videoproyecciones impactantes en 3D, a la manera de las performances. Estuvimos medio año trabajando y escribí doce letras inéditas. Con el violonchelo y los pedales de Mursego hacemos quince números de artes escénicas. También se llena de humor, un poco grotesco».
Y acabemos contando que las 32 letras de ‘1971’, ‘Diarios’ y ‘Phantasma’ se han editado en el libro ‘Golpes de fortuna y tiros de gracia’, de la editorial Eclipsados, de Zaragoza.
ÓSCAR CUBILLO
Magistral y sentimental video clip de su emocionante canción ‘la alegría de vivir’:
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