Kepa Junkera & Ara Malikian: Más aplausos para Ara

Posted by bilbaoenvivo on octubre 31, 2013 · 1 comentario 

Los ocho músicos posicionados en plan plantel flamenco (foto: Mr. Duck).

Miércoles 30 de octubre 2013, Bilbao, Teatro Arriaga, 20 h., entradas de 8’5 a 25 €.

El miércoles en un Teatro Arriaga con entradas agotadas finalizó la gira ‘Averksusk’ que en octeto y por seis teatros norteños ha paseado al violinista armenio Ara Malikian (1968) y al trikitilari bilbaíno Kepa Junkera (1965). Aunque el grueso del repertorio lo firmaba Kepa, quien ofició muy bien, moderno e integrado, fue Ara quien cosechó las mayores ovaciones, incluso entre fans del vasco que no conocían al virtuoso violinista de estética ruda: melenas y barba de Sandokán, brazos musculosos tatuados, pulseras, vientre piloso descubierto…

La cola de entrada nueve minutos antes de la hora en un Arriaga que agotó (foto: Mr. Duck).

En hora y tres cuartos con dos bises sonaron unas 14 piezas instrumentales. El concierto empezó bien y caleidoscópico, por la mitad se aplacó un tanto en marasmos divagantes, y tras remontar cayó en lo populachero durante el epílogo. Abrió el sexteto de cuerdas de Malikian con pintas poco apropiadas para el magnífico teatro (camisetas de Chuck Norris y de los Rolling Stones, un pantalón rojo, otro vaquero rasgado…) y en pie como músicos callejeros sonaron a Circo del Sol rusófilo en la danza rumana ‘Ciocarlia’. La ovación fue sincera y para la segunda pieza salieron Kepa y su percusionista Iñigo Olazabal, que en dúo con los ocho sentados (y seis mirando) hicieron un ‘Huriondo’ donde el fuelle trikitilari transitó de lo zíngaro del luengo introito a lo vasco cuando se sumó el pandero. Seguidamente y ya en octeto, las composiciones de Kepa variaron y se realzaron gracias a la buena labor arreglista de las cuerdas, leídas de los atriles: ‘Bihar arte’ fue tan melancólica que de Broadway mutó a klezmer de mesa camilla, ‘Hiri’ fue música de cámara bien ensamblada con minimalismo propio de Michael Nyman…

Ara Malikian, el violinista libanés de ascendencia armenia cada día más parecido a Sandokán (foto: Mr. Duck).

La fusión bien integrada se reveló en la danza armenio-siria que se tituló para la ocasión ‘Rapsodia bilbaína’, la cual cuando hicieron mutis los dos vascos devino elegía trágica con el violín de Ara llorando como Kroke, con el protagonista Malikian deambulando por la escena como Ian Anderson. Tras una suerte de akelarre txalapartari en Zugarramurdi, los arreglos apabullantes (quizá ombliguistas) brotaron en ‘Señora Moça’ y los duelos animados de la música clásica en ‘Berhueta’. El ‘Capricho vasco’ de Sarasate sonó a zortziko de cámara (aquí Ara cosechó una de las mayores ovaciones y comentó Pato: «claro, la gente sabe») y la alegría creció en un ‘Madagaskar’ con fusión deslizante.

En el primer bis una niña subió a tocar la percusión y lo hizo bien y sin cortarse ante el gentío (foto: Mr. Duck).

En el ‘Fandango’ se quedó Kepa solo y sonó acendrado, ‘Zolloko-San Martinak’ resonó a fusión vascofrancesa circular, y la fiesta se desató a partir de la última pieza, ‘Bok Spok’, con palmas de la peña, un Ara que no para quieto en escena y hasta más ráfagas vía Nyman. Los dos bises fueron fiesta, casi verbena: payasadas, una niña invitada para percutir con una rama la lata de aceite con forma de violonchelo e incitaciones para que el público bailara en pie en el patio de butacas en el primero (‘Vals árabe’) y un segundo bis con jaleo orate a lo Oskorri casi circenses (‘Gaztelugatxe Martxa’). Estuvieron bien el concierto y el concepto, empero el ritmo irregular del repertorio y los excesos graciosillos de unos músicos que podrían prescindir de ellos, pues la gente se va a sentir igual de cerca a la música.

OSCAR CUBILLO

Saludos satisfechos en el último de los seis conciertos de la gira por teatros norteños (foto: Mr. Duck).

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