Tony Glausi Quartet: La bella suite de su depresión

Tony Glausi proviene de una familia muy melómana: sus cuatro abuelos y su madre eran músicos profesionales. Empezó a cantar y a tocar el piano de niño, y le gustaban Stevie Wonder, Miles Davis y Earth Wind & Fire. A los 10 años cogió la trompeta y se puso a componer, y de adolescente tocaba el órgano en misa. Ha colaborado como artista invitado de la All Star Jazz Band del Cuerpo de Marines de los Estados Unidos
En el bis, ‘On Green Dolphin Street’, la única que tocó con los ojos abiertos (foto: Óscar Cubillo).

CAL: **

Jueves 6 de abril de 2023, Bilbao, JazzOn Aretoa, 20 h, 20 €.

El apuesto trompetista de Oregón pero vecino de Nueva York presentó en el Bilbaína Jazz Club la hermosa música inspirada por la pena que le produjo romperse el labio y tirarse seis meses sin poder tocar. 

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El Jueves Santo se congregaron una setentena de almas en el JazzOn Aretoa, la sede del Bilbaína Jazz Club, sita en Bilbao La Vieja, para atestiguar la calidad del joven (¡29 años!) trompetista y vocalista (lástima que este jueves no cantara…) de Eugene, Oregón, pero radicado en Nueva York, Tony Glausi, un tipo muy atractivo: delgadez, ropa ajustada, chaleco polícromo, zapatos de punta, tan guapo de cara como Manu Carrasco (rubicundo, barbitas…), sexy (la camisa desabotonada) y con cierto halo de tristeza que quizá se explique a tenor del origen del repertorio que tocó, 7 piezas en 92 minutos (109 sumando los 17 de intermedio) de música compuesta el año pasado, durante la depresión que le produjo romperse el labio en julio y pasarse seis meses sin poder tocar la trompeta.

Tony Glausi, «un boom de los últimos años», como lo presentó el rector del club Gorka Reino, actuó en cuarteto fluido y conocedor del repertorio apuntado en partituras. Un combo que resultó más que la suma de sus partes de alto nivel: Xavi Torres al piano (tuvo mucho protagonismo solista, vivaz, vanguardista -con perdón- y blusero), Rubén Carles al contrabajo (camisa chulísima, parecido al actor Stanley Tucci y carnoso en todo momento, tanto que llegué a pensar que fue el mejor bajista que he visto jamás en la vida; exceptuando al israelí sobrenatural Avishai Cohen, aunque concluí que Carles escoltó en modo superior al del maestro Ron Carter, que nadie lo tome como una falta de respeto) y Pier Bruera (¿el más discreto en su tarea sin embargo sobresaliente?).

Xavi Torres (piano), Tony Glausi (trompeta), Rubén Carles (contrabajo) y Pier Bruera (batería) en la balada ‘Natalia’ (foto: Óscar Cubillo).

La del jueves fue una cita hermosa, emocionante y a vaivenes, que no altibajos. Acudimos con las expectativas altas y salimos satisfechos y contentos, aunque a mí me faltó algún bolero cantado y cierta estridencia latin al menos esporádica. Tony Glausi intervino cual neotradicionalista modernista (fue alumno de Wynton Marsalis, pero está menos atado a los cánones y es más explorador del infinito), y en su intervención sincera, talentosa y, ya se ha dicho, en cuarteto engrasado y bien ventilado, el hoy vecino neoyorquino sugirió el ‘Summertime’ antes de dejarse llevar por el swing (‘Restoration’), y lo unió a un fragmento palúdico, exótico y suntuoso, relajado y tórrido onda ‘Porgy & Bess’ con travesuras a lo Dizzy Gillespie (‘Tendency’).

El dramatismo afloró en la balada retronueva ‘Natalia’, con poso del primer Sinatra, el ídolo de adolescentes, y arreglado con ciertos alardes a lo Morricone, y acabó el primer pase con el blues de emoción entrecortada y clasicismo Roy Eldridge titulado ‘New mantra’. Qué bien había sonado todo el primer pase, qué cuerpo y cadencia la del contrabajo, qué co-protagonismo el del piano y qué justo vigor el de la batería. Y se desentrañó el misterio de las cuitas del trompetista en las dos primeras piezas de la segunda parte, ‘Still blue’ (todavía deprimido), un blues que naciendo del ragtime coló picotazos de trompeta como si la soplara el siempre extático Louis Prima (aunque el arranque del tema pareció lo más cogido por lo pelos de todo el set), y ‘Decay’ (decadencia), con piano protagonista hasta lo chopinesco, hasta el titilar del post-rock, y con trompeta muy Chet Baker, como lo fue la pose que adoptaba Tony, apoyado en el piano, cuando lo tocaba como solista Xavi Torres y el líder no se colocaba en el lateral del escenario oyendo a sus tres escuderos marchar a su bola.

El neotradicionalista de 29 años en la balada ‘Natalia’ (foto: Óscar Cubillo).

Qué bonito todo. En el solicitadísimo bis tocaron la única pieza no presentada en su perfecto castellano por el trompetista de Oregón, la única versión, el standard ‘On Green Dolphin Street’ (lo hacía su admirado Miles Davis), en una revisión bop muy veloz. Al acabar no había discos para vender (se habían agotado antes de llegar a Bilbao, en esta gira de estreno de este repertorio, de esta ‘suite’ como la definió su autor y como yo anoté en mis papelajos ya desde el arranque ) y entonces, al preguntarle por el título del bis, Tony Glausi me reveló el secreto del porqué habla tan buen español: «es que me gusta aprender…, y tuve durante siete meses una novia de Soria».

ÓSCAR CUBILLO

Saludos antes del bis de Torres (piano), Glausi (trompeta), Carles (contrabajo) y Bruera (foto: Óscar Cine).
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  1. […] Glausi estaba tocando más fuerte que en su primera visita a Bilbao, la de Jueves Santo de 2023 (esta), recién salido de una herida en los labios que le impidió tocar la trompeta durante seis meses, […]



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