Danny & The Champions Of The World + The Swingin’ Neckbreakers: La épica y la juerga

Danny Champ, australiano criado en el sur de Londres (foto: Unai Endemaño).

Danny Champ, australiano criado en el sur de Londres (foto: Unai Endemaño).

Sábado 31 de mayo 2014, Vitoria, Hell Dorado, puertas  22 h, 14-17 €.

BEV DANNY & THE CHAMPIONS OF THE WORLD CARTELDoblete rocanrolero el sábado noche en el Hell Dorado de Vitoria. Por eso de la ligazón estilística y la pegada sónica en gradación del programa, a las 11 de la noche abrieron fuego los cabezas de cartel, los londinenses Danny & The Champions Of The World (esta es su web), liderados por un barbado tatuador nacido en Australia. Presentaban su celebrado cuarto disco ‘Stay True’ y, en formato sexteto bien sonorizado y arreglado (cómo se sucedían la pedal steel guitar de gañidos country derramándose desde el cielo, la acústica batalladora del líder y la Fender Stratocaster solista y emocionante en los punteos alargados según requiriera la canción y la inspiración, a veces una Strat de afilado melódico a lo Thin Lizzy / Isley Brothers / Eagles), durante 76 minutos y 10 piezas Los Campeones Del Mundo, románticos, poéticos y épicos (ese ‘Cold, Cold World’), reivindicaron el gran rock americano (ommnipresente Springsteen en cada tema, perceptible el más cálido Elliott Murphy cuando Danny cantaba y espoleaba al respetable sonriente y afable, apretando en el rock al modo de epígonos de este lado de la calle como Joe Grusheky en los momentos rudos, John Cafferty en los lapsos suaves, Willie Nile en las expansiones cordiales…), compartieron mitomanías (‘Colonel & The King’ –aquí va un directo en Glasgow– , con coros pegajosos ooh-oh y dedicada a Elvis y a su manager el Coronel Tom Parker), entraron en el country de honky tonk, se asemejaron a Marah en la persecución de la gran epopeya urbanita, y Danny se salió de puro sentimiento al cantar sincero y verosímil y rebosándose en dos temas de soul de los de poner la piel de gallina, ambos seguidos, el sexto algo Paperboy Reed y el séptimo puro Van The Man. Chapeau.

Los Swingin’ Neckbreakers, tres gamberros yanquis eternamente adolescentes (foto: Unai Endemaño).

Los Swingin’ Neckbreakers, tres gamberros yanquis eternamente adolescentes (foto: Unai Endemaño).

Luego, a eso de la 1 menos cuarto de la noche, intervinieron los presuntos teloneros, The Swingin’ Neckbreakers, de Nueva Jersey (según se quejó el promotor, son un desastre para la autopromoción y las redes sociales; aquí va su Facebook), colocados en segundo lugar por la pegada eléctrica y básica de su estilo festivo, no sé si he informado ya en el primer párrafo. En formato trío dispararon 27 temas en 78 minutos con dos bises, o sea casi el triple en el mismo tiempo que el sexteto precedente. Sus canciones fueron rápidas y las tocaron sin apenas presentaciones, aunque una vez el líder, el también sonriente pero pícaro bajista y vocalista Tom Jorgensen, se quejó de que había perdido sus «putos vales de bebida». Los ‘rompecuellos’ alternaron en su repertorio el garaje juerguista y básico en plan Fleshtones, Trashmen, Cynics y toda la retahíla, una fórmula con predominio del riff y capaz de hacer bailar a las ocho primeras filas del Hell Dorado (las contó Juan, rector del local), con rocanroles enloquecedores y a veces onomatopéyicos (‘Wild, Wild’, ‘This Must Be The Place’…) en los que se salieron de la tabla invocando a los elegantes Hi Risers, a los descacharrantes Devil Dogs (a la batería iba un miembro de estos) y a los retadores Supersuckers (la voz de Tom como la de Eddie Spaghetti, por ejemplo en un ‘Same All Over The World’ que les quedó ramoniano), y colando versiones guapas como el ‘Talahassee Lassie’ de Freddy Cannon o el ‘The Girl Can’t Help It’ de Little Richard, una influencia primordial que los Swingin’ Neckbreakers reproducen con la furia de los londinenses Jim Jones Revue (que, por cierto, han anunciado su disolución, snif, snif…). Viva el rock (con roll).

OSCAR CUBILLO

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  1. […] El caso es que hace no mucho, un fin de semana que viajé a Vitoria para ver un bolo sabatino de Danny & The Champions Of The World, de rebote (el Bodegón Gaona no sirve comida los findes, grrr…) entramos en él y ahí […]



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