Valeria Castro: Un fin de semana de alivio

Con vestido blanco y halo celestial (foto: Ania López).

Domingo 19 de mayo de 2024, Bilbao, Sala BBK, 19.30 h, 18 € (sold out).

CAL: **

La joven neofolklorista canaria atrajo a una mayoría de mujeres que agotaron en la venta anticipada el aforo del sábado y el domingo del ciclo BBK On Stage, donde desgranó su cancionero íntimo y vulnerable, desamparado y con morriña isleña.

Presentó su debut, ‘Con cariño y con cuidado’.

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Tres días seguidos estuvo actuando la semana pasada la cantautora Valeria Castro (La Palma, 25 años), quien logró sacar la cabeza a través de las redes sociales, donde subía versiones de Alejandro Sanz (quien la apadrinó), La Oreja de Van Gogh, Sabina… El  viernes actuó en Pamplona, y el sábado y el domingo estuvo en la Sala BBK, con la gira de su primer larga duración, ‘Con cariño y con cuidado’ (que se supone visitará más de diez países), y atrayendo a un público bastante juvenil con mayoría de mujeres (85 %). La isleña se mostró contenta por el éxito de la visita («la primera vez que toqué en Bilbao hubo 6 o 7 personas por las condiciones del covid») y también desveló que «no se puede mantener la euforia del escenario todos los días, a veces a algunas nos aparece la ansiedad», y que echa mucho de menos a su familia: «a mi madre, mi abuela, mi padre…, a los que les regalaría todo el tiempo del mundo». Pero agregó que una de las maneras de paliar la ausencia familiar, pues ya no vive en Canarias, es la «pequeña arma de hacer música». Y después, en un agradecimiento explicitó: «sacar las penas de adentro y cantárselas es un alivio».

Y ahora mismo le va bien y gira en formato quinteto (ella, una pianista y tres chicos, todos músicos de categoría, y destaquemos al percusionista lacónico en su baquetear pero siempre con sentido en sus aportaciones, muy terrenales, muy folkies), y su cancionero está muy bien trabajado instrumentalmente empero los muchos momentos minimalistas, que nunca suenan mustios, sino como augurio de lo que vendrá: desde gradaciones muy Vetusta Morla hasta momentos llamémosle tamboreros que invocan a lo ancestral.

En el bis: Laia Muñoz (teclado y coros), Valeria Castro (voz y guitarra), Pablo Cáceres (guitarra, ronroco y coros), Marco Niemietz (contrabajo) e Iván Mellen (percusión) (foto: Ania López).

Lo de Valeria es folk pero actual, surgido desde su mente de cantautora, y entonado con una voz que abusa del vibrato porque su rango se antoja escaso y parece que siempre canta recogida, introvertida, melancólica y, claro, frágil. El concierto estuvo muy bien y su forma de cantar apela a las emociones y se sostiene en este estilismo vocal (un par de veces me evocó a Ismael Serrano) que, sin embargo, no se hace reiterativo porque su repertorio (estuvimos el domingo) dura lo justo: 83 minutos para 18 canciones con títulos tipo ‘Culpa’, ‘Ay amor’, ‘Perdón’… 

Valeria usó el mismo vestido de esta gira de ‘Con cariño y con cuidado’, analizado así por la experta Ania: «Tiene un look muy limpio, con el pelo engominado recogido en una coleta baja, y va de blanco, incluidos los botines. Lleva un vestido camisero de algodón con cuello y puños exagerados, y rompe ese estilo casi pastoril con un corsé rígido de cuero». Un corsé que se ataba por la espalda, justo también donde llevaba la petaca del sonido.

Contenta al acabar (foto: Ania López).

Comparada a menudo con la catalana Silvia Pérez Cruz (quien canta mejor y tiene más registros), Valeria Castro resonó al folk sentimental del americano Bon Iver (‘Poquito’), usó su voz como un instrumento, como un trino (‘Culpa’), modeló melodías aptas para las películas de Nanni Moretti (‘Ay amor’), compartió gradaciones y coros con Vetusta Morla (‘La raíz’, luego la canción que hizo con los vetustos tricantinos y que fue nominada al Goya ‘El amor de Andrea’, una canción que ella dijo le han regalado y que al final no ganó el premio), se lució con un bolero (‘Perdón’, donde llegó a ulular con su voz, y pidió coros en esa onda), fue evidentemente vulnerable (‘Hoxe, maña e sempre’, que ha compuesto y grabado con Tanxugueiras y que contiene este estribillo: «Solita estoy yo / No está aquí mamá / No está aquí no, no»), se cuestionó cosas como Cecilia (‘Costumbre’), recordó a Vanesa Martín pero mucho menos que en disco (en la inaugural ‘Dentro’ y poco más), y en el último tercio proyectó latinismos atlánticos –ese acento canario…- que resonaron a Izaro e Idoia (‘Costura’, ‘Abril y mayo’, y la despedida con ‘Lo que siento’).

El estupendo percusionista Ivan Mellen (foto: Ania López).

Valeria abrió el bis con ‘Guerrera’, «la canción que más fuerza me da», quizá la más ovacionada y presentada con un delicado manifiesto de sororidad. Y antes, a mitad de su muy buen concierto, ya nos había agradecido nuestra presencia así: «Muchas gracias por hacerme sentir en casa en sitios tan lejos del mío. Gracias por tratarme siempre con el mismo cariño con el que me trataron mis padres».

ÓSCAR CUBILLO

Saludos tras el bis (foto: Ania López).

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