Jarabe de Palo: Un hasta luego con chorreras

Pau Donés interactuó con sus músicos, tocó bien, bailó, habló lo justo… (foto: Carlos García Azpiazu).

CAL: *

Viernes 30 de noviembre de 2018, Bilbao, Santana 27, 22 h, 30-35 €

(entrada VIP 35-40 €, ésta con foto con Pau, póster firmado y gorra exclusiva).

 

En quinteto bien trabado, Pau Donés se despidió temporalmente de Bilbao mezclando emotividad epidérmica y mestizaje subliminal ante mil personas y con las mujeres cantando a pulmón

 

Casi mil personas (900 y pico de pago más invitados), con preeminencia de las treintañeras muy cantarinas, se congregaron el viernes en la Sala Santana 27 para atestiguar el paso por Bilbao de la gira de despedida (temporal) de Jarabe de Palo, o sea de Pau Donés, quien ahora remarca que será un hasta luego y que bromea con que su hija, a la que le pretende dedicar todo su tiempo para verla crecer, tampoco le echa tanto de menos. Además, un par de veces, como buen catalán, Pau informó que al acabar el show saldría a firmar los libros que tenía a la venta en el puesto de merchandising y que se sirvieron a buen ritmo, por ejemplo el de las letras de las 100 canciones.

El concierto duró 90 minutos para 17 temas en quinteto uniformado: camisas amarillas con chorreras y americanas negras para los cinco componentes: el guitarrista David Muñoz, alias ‘Gnaposs’, que parecía Carlos Segarra por el sombrero vaquero; el atildado saxofonista afrocubano elegantísimo y sonero (guitarra) y Jimmy Jenks Jiménez (el más ovacionado al final, el elemento jazzer del repertorio); el líder Pau a las guitarras, las congas y la voz; más una base rítmica que parecía de Taburete, el baterista Álex Tenas por el flequillón y el bajista por la gorra (por cierto, el bajista, Jordi Franco, sustituyó in extremis al titular Jordi Vericat, que sufrió una contingencia familiar grave, y leyó del atril pero sostuvo todo el entramado con seguridad; «nos ha salvado el culo», reconoció Donés en las presentaciones postreras).

La gira de los ’20 años’, pero aún no sé de qué (foto: Carlos García Azpiazu).

Sobre un escenario sobrio con un ’20 años’ luminoso y de colores cambiantes al fondo (¿veinte años de qué?; es que no coinciden las fechas), con Pau Donés a veces muy frágil a la voz debido a las secuelas de tantas sesiones de terapia contra el cáncer (pero ofició mucho mejor que cuando le vimos en el Kafe Antzokia en mayo de 2017 en cuarteto acústico; aquí lo contamos), el concierto cursó por lo alto gracias a la banda bien trabada y en volandas del público alegre, que no se cansó de cantar los hits y alguna canción más, y que piropeó esporádicamente al líder: guapo, tío bueno, txapeldun…

Algo Taburete arrancó bien la cosa, sí, con ‘Dueño de mi silencio’ y la coreada ‘Realidad o sueño’. Y entonces saludó Donés: «Gabon, Bilbo, buenas noches», agradeció nuestra presencia necesaria siempre para poder celebrar 20 años de conciertos (¿pero su exitazo ‘La Flaca’ no es de 1996?), y siguió con el afrobeat soterrado de ‘Quiero ser poeta’ (rematado con el saxofonista soplando un cacho del ‘Tequila’) antes del primer culmen cantarín: ‘Depende’, neoflamenquito y algo kikovenenoso.

Un millar de personas había el viernes en la Fever (foto: Carlos García Azpiazu).

El buen rollo imperaba en la sala (el sustrato La Pegatina de ‘A gustito con la vida’, el deje Radio Futura de ‘Ying Yang’) cuando Pau Donés se puso dramático y trascendental en una terna consecutiva con la sentimental ‘Humo’ («Ahora, que empiezo de cero / Que el tiempo es humo / Que el tiempo es incierto, (…) Abrázame, mi amor te lo ruego / Abrázame fuerte por última vez / Ahora que ya nada espero / Ni siento, ni anhelo, ni nada (…) Ahora, que ya no me importa / Que la vida se vista de negro / Porque a nada le tengo miedo / Porque a nada le tengo fe»), en la epidérmica y reiterativa ‘Adiós’ y en la gélida ‘Frío’.

Pero tras la tristura que no se olvida, Pau apeló a las damas de la sala, pues las mujeres han hecho muy famosa su canción ‘Agua’, que lleva 113 millones de visualizaciones en YouTube y que fue muy coreada en su revisión a lo Santana o Javier Vargas. Y en plan Santana con John Lee Hooker le quedó la siguiente, ‘El lado oscuro’, y la calidad y los coros de alegría continuaron medrando en la funkerizada y brasileñizada ‘Bonito’, antes de despedirse con el coro de ‘La flaca’ y el pop de ‘Grita’, ésta con solo de saxo springsteeniano.

El público coreando ‘Agua’, dedicada por Donés a las mujeres de la sala (foto: Carlos García Azpiazu).

Se largaron los cinco y solo habían pasado 71 minutos. Durante el bolo Pau decía Bilbo y usaba el plural al hablar del grupo que en el fondo y la superficie es él solo, aunque dé cancha a sus músicos en coreografías, solos musicales, etc. Y el bis triple (hubo una pieza doble unida) lo abrió recordando otra vez que en fiestas de Bilbao dio su primer macroconcierto, y que la Plaza del Gas estaba llena de público atraído por ‘La flaca’, y que mucha gente se largó al oír esa canción pero Pau avisó que la tocaría otra vez para evitar las fugas.

Y en el bis tocó la brasileira ‘A tu lado’ infiltrada de un ritmo funk Nueva Orleans en plan The Meters (ya ven que las canciones de Jarabe de Palo son mestizaje subliminal, fusión disimulada, muchas veces con más fluidez y solidez que Juan Perro), un ‘Tiempo’ con pasajes rapeados y todo, y, pegada a la anterior, ‘La vida es un carnaval’ a modo de gran fusión final.

Saludos en camisas con chorreras de Jordi Franco (bajo), Alex Tenas (batería), David Muñoz alias ‘Gnaposs’ (guitarra),
Jimmy Jenks Jiménez (saxo) y Pau Donés (voz, guitarra y congas), tras el bis (foto: Carlos García Azpiazu).

Y Pau se abrazó a sus músicos para la foto de los saludos y le dio tiempo a aconsejar: «La vida es una y es ahora. Sed felices, o al menos intentarlo. Eskerrik asko». Mereció la pena atestiguar la despedida temporal de Pau Donés de Bilbao. Que vuelva curado del todo.

ÓSCAR CUBILLO

 

 

 

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  1. […] tour de Pau, en el mismo recinto hubo 900 y poco de pago y con invitados casi se llegó a mil –así lo contamos-), y sonaron 18 canciones en 106 minutos sin bis a pesar de que la gente casi se amotinó pidiendo […]



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